A menudo, algunos clientes confunden el concepto de estos dos acabados.
El barnizado se refiere a la impresión de una fina capa de barniz transparente, generalmente mediante serigrafía. Esta capa de barniz se utiliza para proteger las impresiones offset o resaltar ciertas áreas con un acabado brillante o mate.
Por otro lado, el acabado resinado implica aplicar una capa de resina, normalmente de poliuretano, similar a un adhesivo. Esto crea una capa bastante gruesa, de aproximadamente 1,5 mm, que agrega grosor y protección a las etiquetas o adhesivos. Además, se puede realizar de forma selectiva mediante la serigrafía de una tinta especial para delimitar el contorno de la zona que se va a resinizar.
Es importante destacar que estos dos acabados son completamente diferentes, aunque ambos ofrecen protección. Sin embargo, el acabado resinado es mucho más efectivo debido a su grosor.
En cuanto al barnizado, apenas se percibe al tacto, excepto que puede resultar un poco resbaladizo. Por otro lado, con el acabado resinado se puede clavar una uña y luego recuperar la forma, ya que el material utilizado es un plástico bastante grueso con memoria elástica, que se asemeja a una lupa a simple vista. El acabado resinado no resbala y, en ocasiones, se utiliza como soporte para objetos que se desea que no resbalen, como por ejemplo, teléfonos móviles.
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